lunes, 21 de febrero de 2011

Amalgama de salchichas.

Y pasamos a una receta totalmente innovadora, creativa. Y muy rica y barata. El nombre es mío, ya que la receta es totalmente de mi invención. De ahí el nombrecito...

Andaba yo un día a la hora de cenar pensando qué comería esé día. No me apetecía cenar lo típico (tortilla, sandwich, ...), así que vi un paquete de salchichas de estas que solas no merecen ni mirarlas, y me dije: ¿qué sería capaz de cenar a partir de estas salchichas?

Pues allá vamos. Tras un vistazo a la nevera y la despensa, ideé inmediatamente una receta que sospechaba iba a estar buena.

Lo primero: el paquete de salchichas ahumadas Campofrío o marca Alcampo (en esto no exigiré, como con el solomillo ibérico) se abre y se trocean las salchichas en daditos.Y seguiremos estos pasos:

1) Machacamos vilmente unos dientes de ajo (pongamos que 4 por paquete de salchichas) y los echamos en una sartén con un chorreoncito de aceite de oliva.

2) Al poco, cuando los ajos se estén haciendo, echamos las salchichas troceadas.

3) Espolvoreamos todo con orégano y con un poco de pimienta negra.

4) Removemos.

5) Cogemos medio vaso de vino de guisar (recomiendo Vino "El guiso") y lo vertimos en la sartén.

6) Queso. Importantísimo, qué digo, esencial para llamar a esta receta amalgama de salchichas.

Vale cualquier queso, incluso un par de lonchas de tranchetes, pero yo prefiero hacerlo con mozarella rallada. Echamos la mozarella (al gusto) sobre la sartén.

7) Remover mientras el queso se va fundiendo.

8) Cuando el queso ya se ha fundido, bajamos la intensidad del fuego y tapamos la sartén para que el vino se vaya evaporando.

9) A cenar!

Os aseguro que el resultado es sorprendete, de unas asquerosas e insulsas salchichas hemos llegado a la AMALGAMA DE SALCHICHAS.

domingo, 7 de noviembre de 2010

Filetes de pechuga de pollo al romero.


La pechuga de pollo es algo que en sí misma no vale un duro. No sabe a nada. De ahí que el uso de condimentos se haga preciso e imprescindible para convertir algo que no sabe a nada en un auténtico manjar. Sano y rico.

Los ingredientes son:

1º Pechuga fileteada (o sin filetear, en cuyo caso filetearla antes de empezar).

2º Ajo picado.

3º Pimienta negra molida.

4º Vino oloroso.

5º Romero.

6º Aceite de oliva.

7º Sal.

Y pasemos a la elaboración en sí:

PRIMERO: Lo de siempre, chorreoncito de aceite en una sartén. Calentar.

SEGUNDO: Mientras, sazonar los filetes con el ajo molido, la pimienta negra molida y la sal.

TERCERO: Filetes a la sartén, y vigilar para darle la vuelta, pero sin que se doren demasiado.

CUARTO: Una vez hechos los filetes, le toca el turno al romero, y al vino. Yo recomiendo uno que se llama "El guiso", pero vale cualquiera. El vino debe cubrir los filetes, y dejar que se vaya reduciendo, pero sin llegar a desaparecer, porque va a ser la salsa al servirlo.

Y ya está. Sencillísimo y en unos minutos hecho. Es una buenísima manera de sacar partido a unas pechuguitas de pollo, insípidas en sí mismas. Ojo, porque si lo hemos hecho bien, y no se nos ha evaporado todo el vino, la salsa que nos queda está deliciosa, el vino con la condimentación que da, sobre todo, el romero.

domingo, 31 de octubre de 2010

Revuelto campero


La de hoy sí que es fácil. Y buenísima receta. Esta se me ocurrió tras ver que los revueltos que ofrecían en los bares no terminaban de gustarme: que si calabacines, que si pimientos,... Siempre incluían ingredientes que no me hacán ni pizca de gracia. Así que fui a la simplicidad.

Para hacer este revuelto para dos personas de buen yantar, pero no excesiva facilidad para ingerir cantidades desemesuradas, harán falta:

1º 3 huevos.

2º 3 lonchas de bacon o panceta (recomiendo lo segundo, o si es de lo primero, que sea de marca que suele estar más rico).

3º Chorizo de freir. Más o menos, una quinta parte de un chorizo de estos con forma de U cerrada que venden con la etiqueta "chorizo para freir".

4º Sal.

5º Ajo picado (más cómodo comprarlo en bote que no ponerte a desmenuzar ajos).

6º Pimienta negra molida (vuelvo a recomendar la del molinillo incorporporado en el bote).

7º Aceite de oliva.

8º Dos patatas grandes.

Como veis, ingredientes de andar por casa, sencillos, de los que siempre hay. Y lo pasos serían:

PRIMERO: Freir las patatas a temperatura no demasiado alta. En freidora, a 160 grados. Interesa que se hagan por dentro lo justo, pero desde luego que no se doren.

SEGUNDO: Mientras se fríen las patatas, cortar el chorizo a cuadritos, igual que las lonchas de bacon o panceta. Aprovechar para batir los huevos como si de una tortilla se tratase.

TERCERO: En una sartén, preferible de estas profundas, poner el aceite, poca cosa. Cuando el aceite esté caliente, pero no demasiado, primero echar en ella el chorizo y el bacon o panceta. Ojo, que en muy poco tiempo se nos quema.

CUARTO: Antes de que se nos queme el chorizo y el bacon o panceta, echar las patatas. Valen igual las patatas cortadas a gajos, a cuadros, panaderas,... Y este es el momento de echar sal, pimienta y ajo picado a gusto del consumidor (nunca mejor dicho). A la segunda o tercera vez, cogeremos la medida de nuestro gusto.

QUINTO: Ahora bajar el fuego, y echar el huevo batido. Remover para que se vaya mezclando.

SEXTO: Con todo bien mezclado, poner el fuego lo más bajo posible, y tapar. Aquí la importancia de que las patatas no estén demasiado fritas, pero no crudas, claro. Al tapar, el vapor hará un trabajo encomiable, al terminar de hacer las patatas. Quedarán blanditas y bien hechas, perfectas para el revuelto.

Y se acabó. Yo recomiendo comer esto acompañado de pan, se me hace insulso sin pan. Y mira que no soy de mucho pan, pero con este plato es imprescindible.

miércoles, 27 de octubre de 2010

Dorada a la plancha


Vamos con una de pescaíto.

Aunque lo explico para una dorada, también es bien válida una lubina, o inclusive/también nos vale un sencillo, e insulso de por sí, filete de merluza de estos que venden congelado.

Es una receta rápida, y muy rica, además de nutritiva.

Cuando pidamos el pescado, decir al amable y dispuesto pescadero que lo prepare para hacerlo a la espalda. Es que lo de la plancha no suelen pillarlo. Te dan a elegir si queremos que le quiten o no la cabeza. Esto, a gusto del consumidor. Yo se la quito.

Como nos dan el pescado limpio y abierto en canal, todo es más sencillo, porque sería la fase más trabajosa, y por qué no decirlo, asquerosilla.

Necesitaremos estos ingredientes:

1º El pescado, claro.
2º Sal gruesa.
3º Pimienta negra molida.
4º Vinagre.
5º Aceite de oliva, claro.

Mal tienen que estar la despensa y la nevera si no tienes todo lo necesario.

Pasamos a hacer el pescado:

PRIMERO: En una sartén grande (vamos, que quepa el pescado) o en una plancha ponemos un chorreón de aceite. Dejamos que se caliente un poquito.

SEGUNDO: Colocamos el pescado boca abajo. Le ponemos sal gorda y la pimienta negra molida. La podemos tener ya molida, o lo que me gusta a mí, en un bote con molinillo de estos que la muele sobre la marcha.

TERCERO: Al poco, damos la vuelta al pescado, y repetimos operación con la sal y la pimienta.

CUARTO: Bajamos el fuego, para que durante algunos minutos se haga bien por dentro. Y es el momento de ponerle una pizca de vinagre. Al principio era reacio a echar vinagre, pero merece la pena, le da algo especial a la receta.

Y listo. Facilísima, ¿verdad? Ahora la guarnición a elegir, patatas panaderas (¿de dónde vendrá este apellido de patata?) o a los hervíboros, unas hojitas verdes tipo césped que tanto os gustan.

lunes, 25 de octubre de 2010

Solomillo al Whisky


Veamos, lo primero: sería conveniente ir al Mercadona o similar a comprar un solomillo ibérico (nada de niñerías, solomillo ibérico o no me hago responsable de que no os salga rico).

Acto seguido, debemos comprobar en nuestra despensa si tenemos existencias de:

* Ajo.
* Avecrem (pastilla de caldo, no una sopa de sobre, claro).
* Whisky (me sé de más de uno al que nunca le falta, pero nunca hace solomillo al whisky).
* Sal (menudo cuajo si no tienes).
* Harina (típica cosa que siempre tienes de sobra.....salvo cuando la necesitas).
* Aceite de oliva virgen (ya que estamos, vamos a hacerlo de categoría).
* Limón.

Bien, si te falta algo, bájate al Covirán y lo compras.

Llegados a este punto ya debemos tener acopio de ingredientes (y algo de hambre).

Vamos a lo que es ya la elaboración del manjar propiamente dicho:

PASO PRIMERO. Lávate las manos, guarrete.

PASO SEGUNDO. Corta el solomillo en filetes (si no lo hizo el carnicero), y los pasas por una sartén. No mucho, más bien vuelta y vuelta. Los sacas y los reservas.

PASO TERCERO. Selecciona 10 dientes de ajo y les das un golpecillo (no te ensañes con ellos que no tienen la culpa de tu estrés en el trabajo). Nada de triturar, sólo golpecillo. Pon un vaso y medio de aceite en una cazuela y echar los ajos en la misma. Esperar que se doren los ajos (cuidado que no tarda mucho).

PASO CUARTO. Bebe algo, que igual tienes sed, pero no el whisky, que eso es para el solomillo, ponte un vasito de agua hombre.

PASO QUINTO. Añadir a la cazuela un zumo de limón (más o menos medio vaso), una copa de whisky (ya puedes guardar la botella, bribón), la pastilla de caldo desmenuzada (ves como no era sopa de sobre) y medio vaso de agua. Ahora echar un par de cucharadas de harina para ayudar a que la salsa se espese. Mezclar bien todo con una cuchara estupenda de esas de madera. Tapar la cazuela (oye, quien dice cazuela dice olla, o sartén profunda, o artilugio similar). Dejar así unos cinco minutos.

PASO SEXTO. Si no te has comido el solomillo, es momento de echar los filetes en la amalgama que hemos creado en el paso quinto. Tapar y dejar así cinco minutos.

PASO SÉPTIMO. Que guardes el whisky hombre, que no pega ahora.

PASO OCTAVO. Nada, ya está listo . Lo suyo es haber frito unas patatitas fritas antes, y servirlo todo junto.

Añadir una buena cerveza en vaso de barro previamente guardado en el frigorífico en plan Sierra Nevada, y ésta sí beberla acompañando el plato excelente que acabamos de preparar.

Espero que os guste.

lunes, 18 de octubre de 2010

La Baja Cocina.

Así he decidido bautizar este blog, en donde explicaré las recetas que voy haciendo, explicadas como Dios me da a entender. Nada de terminología cocinera habitual.

Nada de platos complicados y enjutos, nada de platos cuya comida cabría en un dedal.

Bienvenidos a la Baja Cocina.